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27/09/2023
Hacer más con menos. Esa lógica de la eficiencia es el objetivo de toda empresa, un objetivo que puede verse acelerado con el despliegue de la Inteligencia Artificial (IA). Esa promesa de optimizar la producción seduce cada vez más al mundo corporativo, que está redoblando su apuesta por una tecnología llamada a transformar su funcionamiento.
Durante el último año, la llamada IA generativa se ha convertido en un fenómeno global gracias principalmente a la irrupción de ChatGPT y a la posterior carrera entre grandes empresas del sector tecnológico. Sin embargo, esta disciplina científica tiene más de medio siglo de existencia y, antes de la aparición de los asistentes virtuales, ya se había aplicado en multitud de campos.
Más agilidad y eficiencia
Uno de ellos es la organización empresarial. Cada vez son más las compañías que integran esta tecnología en sus cadena de valor y en sus sistemas de gestión interna con la intención de aumentar su eficiencia y poder escalar su negocio. “Utilizar la IA como un asistente interno puede hacer que las búsquedas de información, la comunicación con los clientes, la experiencia del usuario y la anticipación a riesgos sean más eficaces”, ha explicado Ernesto Rincón, Business Innovation & Transformation Lead en la multinacional alemana SAP, dedicada al diseño de programas informáticos de gestión empresarial.
Esa supuesta mejora organizativa puede aplicarse en sectores tan distintos como la automoción o la agricultura. La clave, han señalado los ponentes, es no limitar la IA a los equipos de innovación, sino que la empresa la adapte de forma transversal. “Si no hay una inversión decidida esto puede quedarse en una moda pasajera”, ha apuntado David Pereira, Head of Data & Intelligence en Europa del grupo japonés NTT DATA, uno de los mayores del mundo en gestión de servicios tecnológicos.